La muerte de un ideal.

 

¿Qué muere? No es un ser querido, no un amigo, familiar o conocido, es: La muerte de un ideal.

Si pensamos en el concepto de ideal como perfección y excelencia de acuerdo a nuestros estándares personales o sociales, necesitamos estar muy preparados para vivir con el cambio, sobre todo si ese ideal no llega.

Todo cambia hasta esas mediciones de lo perfecto. No hay ser humano perfecto, sociedad perfecta, país o sistema de gobierno perfecto, ni salud perfecta. A medida que podamos ver la impermanencia, podremos navegar la vida con mayor flexibilidad, sin apego a nuestros ideales, entonces veremos claro que nada es igual para siempre y que todo cambia hasta el color de nuestra cabellera.

Cuando aprendemos a diferenciarnos de nuestro concepto de ideal, hasta del amor ideal, podemos acercarnos a ver lo que es real.

Ver lo que es nos quita el velo de lo irreal y lo falso, para construir en lo posible, con elementos adecuados al tiempo, conscientes de lo temporal como lo es la vida misma, es a lo que llamo muerte de un ideal.

Quizá el idealismo es apego a creencias o la falsa ideología y ¿qué pasa si muere?

Alcanzar un ideal en obtener éxito, logro, triunfo, que sin embargo no para todas las personas significa lo mismo, es considerar que cuando nace un ideal, viene con sí mismo su muerte, toda vez que se ha llegado a obtenerlo produce su pérdida.

Lo real es lo que es. En el caso en que podemos o no alcanzar el ideal, podemos saber si murió algo de nosotros con ese ideal. 

Quizá este blog es muy filosófico,  ¿Qué piensas?

Saludos,

-Ana McParland-González MA

Psicoterapeuta y Consultora

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